
Estas imágenes de continuidad muestran uno de los controles policiales a los que se ve sometida la población palestina de Belén para entrar y salir de la ciudad. Largas colas, inspecciones minuciosas y, como te rías, que es mi caso, la cara de
mala leche que te pone el policía que es un
jovencísimo muchacho te puede hacer llorar en un instante. Mejor olvidar esos momentos. Pero esta es la situación a la que se enfrentan los
belenistas para ir o volver a casa.
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