Es en el Mar Muerto donde he visto cómo ha prosperado Israel. Hace diecisiete años cuando nos acercamos al Mar Muerto, el que quiso bañarse, experimentar cómo los cuerpos flotan, para cambiarnos y ponernos el bañador lo hicimos detrás del autobús. Hoy puedes encontrar vestuarios vestirte tranquilamente. Hoy puedes encontrar duchas para quitarte el barro y el salitre. Hoy puedes tomarte un refresco o hacer unas compras. No falta restaurante donde poder reponerse de la fatigosa jornada en el Mar Muerto.
viernes, 11 de marzo de 2011
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