


Pero la dinámica que me gusta, y me gusta escuchar, es la que escriben, porque para escribir hay que pensar, las veinte cosas que les gustaría hacer antes de los veinte años. Muchos ni se han parado a pensar ni dos. Pero la invitación de esta dinámica, el tiempo y el deseo de ser mayores, les hacen escribir rápidamente lo que les pasa por la cabeza. Tal vez rectifiquen varias cuando escuchan a sus compañeros. Pero lo genuino, lo que sabes que está ahí y con lo cual pasan muchas horas quemándose las neuronas, al final lo escriben. No sé si por querer mostrar que ya no son tan niños y que se encuentran en la posición de ser los mayores del colegio, por el de transgredir las normas o la de encauzar la confianza desde la sinceridad.

¿Dónde estarán mis veinte años? ¿Qué hice? ¿Qué pretendía hacer? Para mi, la dinámica es una reflexión introspectiva, donde me examino las vivencias y el enriquecimiento de todas la experiencias que he tenido a lo largo de mi vida. Por eso me gustó terminar el día en una Conferencia en la Biblioteca Municipal sobre el Coaching, terapia, técnica o método de crecimiento personal para que las personas consigamos alcanzar objetivos, metas y desarrollar habilidades. Todavía se está a tiempo, siempre se está a tiempo de crecer como persona, de ser mejor persona, de conseguir pretensiones y, sobre todo, de ser felices aunque ya no tengamos veinte años.
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