Hoy es uno de esos días en los que la mirada está puesta en el cielo porque el corazón se hace pequeño para albergar a tantas personas, tantos gestos de aprecio, tantos detalles de cariño.
Miro al cielo con el profundo sentimiento de agradecimiento por la vida recibida, que en justicia y honradez me gustaría estuviera al servicio de los demás.
Miro, escucho y recuerdo a unos padres que contarán, en el secreto de su historia, aquel parto deseado con seis años de retraso.
Miro a mis hermanos y veo la confianza de vivir, de seguir adelante por el camino emprendido, alegrado en los últimos años por las preguntas de mi sobrino.
Miro, y leo, los mensajes de mis amigos que quieren compartir y hacerme especial este día, hacia ellos tengo, como fuerte resaca de café, muchos momentos felices de mi vida.
Miro a mis frailes, especialmente a mi Provincial, que en diversas circunstancias ha sabido confiar en mí, y veo mucho trabajo, muchos retos, muchas ilusiones, a pesar de ser poca la mies.
Me presento ante vosotros con el trabajo maduro de cuarenta y tres años, con la ilusión joven de una segunda vida, con los sentimientos adultos de que a esta edad se va al paro directamente.
Tengo cuarenta y tres años. Mi nombre es Gregorio Rivera Arellano. Y mis referencias sois vosotros.
Gracias.
1 comentario:
Gracias a ti Gregorio por compartir con todos nosotros tus inquietudes, alegrías, deseos y por transmitirnos paz.
Felicidades por esos 43 años.
Ojalá podamos seguir disfrutando de la lectura de tu blog otros tantos.
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