
En todo momento
Samar no deja de darnos
explicaciones sobre el lugar que atentamente escuchamos. Hay que decir que él estuvo muy atento con todo el grupo y que se enfadaba cuando alguien desaparecía por las compras. Su castellano era claro y sencillo, con una
personalidad humilde que constantemente estaba pidiendo perdón por su
pronunciación.

Desde el Monte
Carmelo se puede ver una preciosa vista panorámica donde en los días claros y despejados se puede ver una gran visión kilométrica.
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