Esta es la casa de Don Nicodemes Sánz y Ruiz de la Peña. Leía, la otra noche en uno de sus magníficos libros. En esta casa todo es magnífico, o por lo menos a mi, y pobre de mi, me lo pareció. Leía en el esplendoroso libro, y lleno de lujo, Biblias Iluminadas de Taschen, la siguiente frase:
"Oh afortunado lector, lávate las manos antes de coger el libro, pasa las páginas con cuidado y aleja tus dedos de las letras! Aquel que no sabe escribir no conoce el trabajo que comporta. Oh, cuan difícil es la escritura: enturbia la vista, tortura los riñones e infringe un suplicio a todos los miembros. Tres son los dedos que escriben, pero es todo el cuerpo el que sufre..."
Amanuense, Diccionario Visigodo s. VIII.
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