Dando la bienvenida este coro de doncellas nos introduce en una historia de pillajes y rufianes. Me dejó cortado el protagonista cuando en mi visita metió la morcilla en la que me hacía protagonista de los dichos de Monseñor que predicaba el buen camino y el bien hacer. Gracias Eustaquio. Ya con decir tu nombre uno parece que pronuncia un personaje de aquella época. Eustaquio, David y Doroteo interpretan una graciosa historia de pillos donde la desconfianza es la mejor virtud de su amistad.
lunes, 20 de agosto de 2007
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