
Podría escribir con este título sobre mi madre, Basilia, pero eso lo dejo para un día en el que el corazón y la mente me inspiren palabras de amor agradecido y poderle hacer un bello homenaje a la mujer de mi vida, la que me dio la vida, la que me la da cada día. ¿Qué sería yo sin mi madre? Más de dos veces habría hecho las maletas y empaquetado unas cajas y hubiese dejado el convento en la oscuridad de la noche. También podría escribir de mi amiga Reina, más reina que ella será
difícil de encontrar, pero tampoco quiero en este recuadro hablar de ella, un día que tenga las ideas más clara no faltará palabra para profesar su amistad. Pero si llamo hoy "Mi Reina" es a Lisa, mi querida Lisa que tantas clases me inspira. Todavía suenan en mis
oídos las carcajadas de mi sobrino cuando al regalarle un pequeño juego de Ajedrez
comprovamos que faltaba reina y sobraba torre. No había problema, ni corte ni perezoso, y con permiso del contrario, Lisa
Simpson se convirtió en mi reina
mientras duró el torneo. Al principio no sabía, pero mi sobrino me enseñó. El
estreno fue mortal y la novedad divertida. Pero ganar, ganar fue todo un orgullo. Con la brisa pascual de
Quero he
traído el torneo a las clases y me ha sorprendido el
ahínco de los participantes en
esmerarse por el triunfo. Solo espero que ante "Mi Reina" gane el mejor.
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